Antes de iniciar un nuevo proyecto de trabajo es costumbre tener una reunión de presentación de la propuesta y metodología con el círculo cercano del cliente. Entre ellos podemos encontrar familia, amigos y colaboradores que siempre van a querer lo mejor para el proyecto.
Luego de pasar por muchas campañas en unos pocos países de Latinoamérica, aplicando la norma plasmada en grandes libros, y aprendiendo la metodología de los mejores consultores políticos de la región, uno obtiene una visión global y multidimensional de lo que es una campaña. Es mi intención, a partir de hoy, poder aportar a ustedes los lectores un poco de ese conocimiento.
Es normal, muchos de nosotros creemos que hacer campaña es golpear al contrincante o ser protagonista en una polémica que genere noticia. Para esto, quiero parafrasear al maestro Ralph Murphine, que en su libro “Ideas en la Comunicación Política Moderna” ilustra que no debemos confundir los procesos electorales como una pelea o una competencia y más bien debemos verlos como una obra de teatro, puesto que en los primeros escenarios quienes deciden los resultados son quienes están compitiendo, y en los procesos electorales quienes deciden los resultados son las personas que te están viendo, los ciudadanos.
Sabiendo esto, podemos abordar los siguientes conceptos desde un punto de partida ventajoso. Campaña es: Una estrategia comunicacional de un mensaje, cuyo objetivo es CONVENCER y PERSUADIR a nuestro público objetivo. Todo lo que hagamos tiene que ser diseñado, ejecutado y comunicado en función de los ciudadanos, más que de los políticos.
Quienes entienden este concepto y tienen la firmeza de enrumbar sus procesos desde ese punto de partida -a veces en contra de los consejos de sus allegados- tendrán la oportunidad de definir muy bien su meta y visualizar muy claramente la estrategia que los llevará a ella.